Al igual que acostumbro ha hablar de las cosas buenas que me ocurres, hoy me toca hablar de lo negativo. No es un día éste, de los más alegres, sino más bien, uno de esos que se te clava en el alma y te deja los ánimos por los suelos.
No voy a decir el motivo de mi desánimo, porque tampoco es la cuestión, pero cuando intentas luchar por aquello en lo que crees, que no es otra cosa que tener conciencia que todos tenemos los mismos derechos y que, desgraciadamente, la sociedad no lo percibe así, sino que pone todas las trabas y barreras posibles para que eso no ocurra. Para que unos tengan privilegios en detrimento de otros.
Mi tristeza no viene solo de esto, porque es algo a lo que tienes que enfrentarte cada día, y, aunque nos duela, tenemos que ponernos una corraza, aunque sea ligera, porque sino, mal vamos.
El problema es viene cuando recibes las bofetadas de aquellos a quienes tratas de poner en el lugar que se merece; es decir, en el mismo que debemos estar todos. Eso, al menos a mí, me duele. No espero medallas; es más ni las quiero ni creo merecerlas, pero tampoco espero puñaladas.
En fin, que hoy, como os decía, no es mi mejor día. Disculpad si me desahogo con vosotros. Un beso
RBlanco (Sofi)
Al lado Este de la calle 
¡Hola Sofi! : Cuánto siento que hoy no sea un día radiante y diáfano para ti, porque tú lo mereces; tu causa es noble, es buena. Has pensado que esto puede ser una prueba para medir tu voluntad de lucha, tu capacidad de sacrificio…? Cuando se es soldado de una causa noble como esta que has escogido, la "soldada" suelen ser bofetadas a derecha e izquierda, aquí no hay aplausos, no hay medallas.
Debes tener fe y obrando con recta intención las satisfacciones, el premio, te lo dará el de "arriba", que ve todas nuestras intenciones, todos nuestros esfuerzos . Ánimo, siempre adelante… Saludos de RIOSETA.-
Muchas gracias por tus ánimos Rioseta, que aun que pienses lo contrario, ayudan ¿Sabes? Hay por ahí una cita, por Internet, que es bien cierta, dice -más o menos-: Los amigos son ángeles que mueven nuestras alas, cuando las nuestras se olvidan de volar. Y es bien cierto, las palabras, los ánimos de un amigo, nos ayuda a levantar el vuelo de nuevo y reemprender aquello en lo que creemos. Muchas gracias y que Dios, ese Dios en el que creo, te ayude.